LA MÚSICA EN LA PINTURA DE DEGAS
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LA CLASE DE DANZA 1873-1875 |
La danza es un tema recurrente en la obra de Edgar Degas, y a
él dedicó más de la mitad de su obra, entre pinturas y esculturas.
Si bien pintó varios cuadros representando bailarinas en
escena, el artista sentía especial predilección por los ensayos y los
descansos. Quizás parte de éste interés se revela en las analogías que existen
entre el ballet clásico, un arte que requiere gran precisión y equilibrio,
donde la perfección sólo se alcanza con la práctica y la repetición
sistemática; y el estilo y la metodología pictórica de Degas, de una elevada
precisión.
La clase de danza (La classe de danse) es una de las pinturas donde Degas comienza a describir el
movimiento de forma magistral. Se trata de una composición cuidadosamente
construida. La escena se desarrolla en una pieza organizada según una
perspectiva muy marcada que permite una lectura clara del espacio. En el centro
del salón se encuentra Jules Perrot, un famoso profesor de danza que, junto con
su compañera María Taglioni, había sido la estrella del ballet
parisiense.
El maestro tiene un bastón y parece estar hablando con la
bailarina enmarcada por la puerta o refiriéndose con algún comentario a ella.
Sin embargo, Perrot no consigue captar la atención de toda la concurrencia: el
grupo de bailarinas del fondo adopta posturas relajadas y no parece prestarle
demasiado interés. Podemos observar que estas bailarinas se encuentran acompañadas
de sus madres, como era costumbre entonces, puesto que en el París de la época
el ballet no era una actividad respetable y muchas bailarinas caían en el
ejercicio de la prostitución.
Dentro del grupo del fondo, la muchacha situada de pie con los
brazos en jarras repite la pose de la bailarina del primer término, creando de
este modo una sutil diagonal que sigue la línea del entablado. Las paredes
están pintadas de verde, y las columnas de mármol se repiten en sucesión
vertical dirigiendo la vista hasta el fondo de la estancia, donde una bailarina
de pie sobre la plataforma ajusta su collar. En la inclinación del suelo y el
desequilibrio y la asimetría de la composición, se aprecia la influencia de los
grabados japoneses que afectaba entonces a las vanguardias. El contraste entre
el espacio vacío de la parte inferior derecha del lienzo es un recurso que
aparece a menudo en los trabajos de Degas, así como la composición diagonal,
bien determinada en este caso por las líneas del entablado del suelo, que
conduce hacia el fondo la mirada. Las cálidas tonalidades terrosas aportan una
atmósfera de intimidad que contrasta sutilmente con los vivos colores de los
lazos de las jóvenes que aparecen en primer plano. Entre éstas, vale la pena
observar en detalle el asombroso realismo con que se rasca la espalda la
bailarina sentada sobre el piano, a la izquierda, para comprender por qué Degas
estaba considerado uno de los mejores dibujantes de su generación.
El encuadre de esta pintura es producto de la técnica fotográfica
de la cual se sirvió el pintor con frecuencia en la realización de su obra.
Degas comenzó el óleo en 1873 y lo concluyó entre 1575 y 1876; mide 85 x 75 cm.
y se encuentra expuesto en el Musée d'Orsay, París.
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